miércoles, 1 de octubre de 2008

HISTORIA DE GUTENBERG


Johannes Gensfleisch zur Laden zum Gutenberg nació en Maguncia, Alemania, entre 1398 y 1400. Su apellido verdadero es Gensfleisch. Hijo del comerciante Friele Gensfleisch zu Laden, que adoptaría más tarde el apellido zum Gutenberg y de Else Wyrich, hija de un tendero. Conocedor del arte de la fundición del oro, se destacó como herrero para el obispado de su ciudad. La familia se trasladó a Alta Villa, ahora en el estado de Hesse, donde Else había heredado una finca. Debió haber estudiado en la Universidad de Erfurt, en donde está registrado en 1419 el nombre de Johannes de Alta Villa. En ese año murió su padre.
Nada más se conoce de Gutenberg hasta que en 1434 residió como herrero en Estrasburgo, donde cinco años más tarde se vio envuelto en un proceso, que demuestra, de forma indudable, que Gutenberg había formado sociedad con Hanz Riffe, para desarrollar ciertos procedimientos secretos. En 1438 entraron como asociados Andrés Heilman y Adreas Dritzehen (sus herederos fueron los reclamantes), y en el expediente judicial se menciona los términos de: prensa, formas e impresión. De regreso a Maguncia formó nueva sociedad con el banquero judío Juan Fust, quien le da un préstamo y con el que, en 1449, publicó el «Misal de Constanza», primer libro tipográfico del mundo. En 1452, Gutenberg da comienzo a la edición de la Biblia de 42 líneas (también conocida como Biblia de Gutenberg). En 1455, J. Gutenberg carecía de solvencia económica para devolver el préstamo que le había dado Fust, por lo que se disolvió la unión y Gutenberg se vio en la penuria (incluso tuvo que difundir el secreto de montar imprentas para poder subsistir). Por su parte, el banquero se asoció con Peter Schöffer y publicaron en Maguncia, 1456, la Biblia de Gutenberg. Al año siguiente publicaron El salterio o Psalmorum Codex.

Hasta 1449 y años posteriores, los libros eran difundidos a través de las copias manuscritas de monjes y frailes dedicados exclusivamente al rezo y a la réplica de ejemplares por encargo del propio clero o de reyes y nobles. A pesar de lo que se cree, no todos los monjes copistas sabían leer y escribir. Realizaban la función de copistas, imitadores de signos que en muchas ocasiones no entendían, lo cual era fundamental para copiar libros prohibidos que hablasen de medicina interna o de sexo. Las ilustraciones y las mayúsculas eran producto decorativo y artístico del propio copista, que decoraba cada ejemplar que realizaba según su gusto o visión. Cada uno de sus trabajos podía requerir hasta diez años.
La imprenta fue inventada por los chinos siglos antes, pero en la Alta Edad Media se utilizaba en Europa para publicar panfletos publicitarios o políticos, etiquetas, y trabajos de pocas hojas; para ello se trabajaba el texto en hueco sobre una tablilla de madera, incluyendo los dibujos —un duro trabajo de artesanos—. Una vez confeccionada, se acoplaba a una mesa de trabajo, también de madera, y se impregnaban de tinta negra, roja, o azul (sólo existían esos colores), después se aplicaba el papel y con rodillo se fijaba la tinta. El desgaste de la madera era considerable por lo que no se podían hacer muchas copias con el mismo molde. A este tipo de impresión, se le llama xilografía.
Cada impresor fabricaba su papel, otorgándole su propia marca de agua a modo de firma de impresor. Por estas marcas de agua es por lo que se conocen sus trabajos.
En este entorno, Gutenberg apostó a ser capaz de hacer a la vez varias copias de la Biblia en menos de la mitad del tiempo de lo que tardaba en copiar una el más rápido de todos los monjes copistas del mundo cristiano y que éstas no se diferenciarían en absoluto de las manuscritas por ellos.

Email: gutenbergimpresores@gmail.com

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